Propósito para este curso… que la ternura, el placer de jugar, la complicidad y el cuidado mutuo declinen la balanza.
¡Arranca Septiembre! Y lo hace con toda su incertidumbre, con todo su estrés y su miedo, con la locura de los nuevos protocolos, el encaje de bolillos con los horarios, las desinfecciones de materiales en tiempo récord, el volver a compartir algunos espacios y seguir cuidando la seguridad…
¡Arranca Septiembre! Pero no todo es difícil, también lo estamos celebrando. Nos trae de vuelta a much@s niñ@s y sus familias que llevábamos tiempo sin ver y con los que nos habíamos echado de menos. Nos permite recuperar los guiños de complicidad entre nosotras, los chascarrillos y las risas (el trabajo estos meses había sido muy solitario). Está siendo un regalo presenciar el reencuentro de peques que ya se habían convertido en grandes amig@s y que a pesar de las restricciones han sabido volver a revivir el espíritu de la sala grande (territorio comanche de aventuras y juegos en común).
Y visto así parece claro… lo que compensa y declina la balanza es lo humano, el cariño, el disfrute compartido, el reconocernos en la mirada del otro, el sabernos acompañados en esto, el recordar que el “sentirnos en casa” es un espacio que construimos juntos más allá de lo tangible.
Y vosotros ¿sois de los que soléis arrancar septiembre con el propósito que todo aquello realmente importante que se recuerda en los veranos no se diluya entre rutinas y obligaciones?
Este curso más que nunca vamos a por este propósito. Que la ternura, el placer de jugar en sus múltiples versiones adultas y de infancia, la complicidad y el cuidado mutuo declinen la balanza. ¿Te unes?
Preparadas, listas… ¡A por Septiembre 2020!