Quizá por esto nos encanta nuestro trabajo: cada minuto es diferente, tenemos que estar tan presentes que aunque a veces salimos agotadas, cada sesión vibra, es magia…
“Si tu única herramienta es un martillo, será difícil que no percibas todos los problemas como clavos”, dijo Abraham Maslow.
Necesitamos tener a mano muchos recursos. Para las familias y para nuestras propias sesiones. Si repitiéramos las mismas estrategias con varios pacientes nos equivocaríamos en casi todas las sesiones. Cada paciente es únicx, cada día y cada sesión también. Y cada terapeuta.
Virginia Satir decía que “el riesgo principal es utilizar las técnicas como moldes de galletas sin tomar en consideración la cantidad o textura de la masa”. ¡Cuántas veces cambiamos nuestros planes en la sesión, porque la persona con la que vamos a trabajar trae otra “textura”! muy diferente a lo que nosotras esperábamos.
Y seguimos creciendo y buscando nuevas herramientas… Inmersas en diferentes formaciones, cada una buscando su propio aprendizaje y camino… Y es que el proceso de cambio también envuelve a cada terapeuta, no solo a cada persona o familia que inicia la terapia: EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares), trauma terapia sistémica infanto juvenil, psicoterapia Gestalt, integración sensorial y sistema auditivo, trastornos de alimentación en la infancia en terapia ocupacional, evaluación clínica e intervención en praxis. Estamos a topeeee!!!!